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ISBN: 9788417416027

Tengo el placer de presentar mi nuevo libro de poesía, en colaboración con Catorcebis Editorial, que ha confiado y valorado el sentido de mis palabras.

Gestado lentamente en la matriz de los días, decantado por la necesidad de la memoria, aquí queda, en este poemario, la destilación de una parte de mi vida.

Con las palabras de la editorial, a modo de umbral propiciatorio y cierto: “El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento, antorcha del pensamiento y manantial del amor”, y con las mías, os invito a compartir este testimonio, escrito con amor y por amor, y publicado como entrega, que es como la poesía nos llega siempre.

El libro de la ciudad es un itinerario, de la mano de un hombre centrado en su destino. A través del encuentro con este guía natural, mensajero hacedor de realidades, el recorrido físico revela una geografía espiritual a un “yo” testigo, que acepta la donación. El alma es llamada a la mirada. Los espacios se desvelan desde la alegría, la emoción y la conciencia del ser. Este callejero muestra su sentido en el misterio del amor, fuente constante de creación pura. Son palabras que dan testimonio de esta pequeña revelación, la de una verdad que encontró luz y sentido en la sangre y las venas de la ciudad.

Prólogo. Hada en la ciudad

Este libro que el lector tiene en sus manos bien podría haberse llamado Hada en la ciudad. Pues Montserrat Montano, la poeta que nos entrega su esencia misteriosa, vertida en breves versos que no se agotan con la lectura, ejerce de hada de las palabras, elevando la ciudad de materia arrasada por el tiempo a espíritu vivo que irradia belleza y sensibilidad. Es ejercicio de la poeta el de darle vida a las piedras, las calles, la niebla, los árboles, los semáforos, todos los objetos o materiales que ella convierte en habitantes de la ciudad. Como en esencia primigenia la poesía pretende ante todo dar vida, es de las artes la que más quiere acercarse al poder divino, ese poder de la creación, «poiesis», en el que boga por el enigma todo el universo. Montserrat ejerce de sacerdotisa de la luz y las sombras. Su palabra es una varita mágica que pretende derrotar a la muerte, a la soledad, a lo inmóvil. Los árboles «hablan con palabra verde y profunda». La lluvia es una mirada «una mirada puesta en pie para partir». Las sombras de los árboles «se buscan con besos de aire». «La acera es una piel siempre en combate con el mundo». La niebla tiene dedos. El cuerpo, la vida, se interrelaciona con la realidad material de la ciudad enlazándose con lo humano hasta ser algo humano más.

Montserrat nos entrega una poesía delicada, sensible, esencial. No sobra ni una palabra. Huye argumentos o los versos o las ideas que por oscuras algunos consideran hermosas. No. En Montserrat la poesía es una fuente cuya agua, dulce, serena, enamorada de su oficio de dar la vida, fluye con la naturaleza en esa realidad de la vida que no se cansa de ser. La ciudad es una casa donde las cosas crecen para la vida. El viento recorre las calles en interminable lluvia de silencio. Una infinita dulzura se revela en unas hojas. Grietas del asfalto, intensas arrugas por donde discurre el tiempo, dice textualmente la poeta desplegando una sensibilidad profunda, como si apenas tocara nada, solo lo rozara para que ni el silencio, ni la esencia, ni la mirada se pueda contaminar de tiempo. Al final, como no podía ser de otra manera, la poeta llega al mar. Ese mar inmenso que es lo desconocido, enigmático y por supuesto bello que hay en el enigma de las cosas. Servidora del fuego y del amor, hada en la ciudad, dice Montserrat. Y eso es. Una poeta que con la varita mágica, su dulzura y su corazón, inyecta vida real al corazón muerto de la materia.

Manuel Juliá, escritor

 

Quedan pues, a disposición de quien lo anhele o necesite, estos poemas.

A la venta en papel y digital a través de las webs de:
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• Catorce Bis Editorial

¡Gracias por vuestro interés, amor e ilusión por la literatura!

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